sábado, 14 de abril de 2007

PONLE PRECIO A NACHO VEGAS.
Las cosas, los alimentos, los discos o las infidelidades de Paco Marsó, ya quedó claro hace tiempo que valen lo que la gente quiere que valgan. O sea que es la gente, o sea yo, quien toma la decisión de darle un precio a las cosas y decide, entre otras muchas, lo que vale el penúltimo de Nacho Vegas, CANCIONES DESDE PALACIO, que vi ayer en Gong, gracias a ese ajuste de cuentas tan capitalista y tan cruel que nos permite mandar sobre nuestras vida, cómo administro mis rentas, y nuestras compras.

Llevo unos meses comprando de nuevo discos, me sobra el dinero, y me permito el capricho de pagar 9 o 10 euros por una buena portada y alimentar a la asquerosa camarilla de la SGAE, y aporto mi granito de orgullo a la supervivencia de las tiendas de discos que ayer tuve ocasión de comprobar (ya lo había notado antes) que aun no huelen la polvora ni intuyen, ni a doscientos kilometros de distancia, por donde les van los tiros.
Las tiendas de discos se van a tomar por el culo mientras sigan cobrando 19 euros por el penúltimo disco del punto de turno. Me descargué el cd hace año y medio, me conozco las canciones y las baterías de memoria y si no lo compro directamente a la discográfica es por ofrecerle una última oportunidad a la lírica. Señor, qué más puedo hacer. Que se joda la lírica y que se pudran las tiendas de discos. Yo y el mercado no creemos que con 19 euros no se puedan hacer otras cosas.

No hay comentarios: