miércoles, 4 de abril de 2007

CONQUISTADORES DE REBAJAS.
Este año toca un conquistador de medio pelo, está claro, alguien que no sepa ponerse unos esquies, mermado de fuerzas, sin capacidad para producir más de dos ideas a un tiempo mientras carga con la mochila y mucho menos construir una frase subordinada ordenando cada uno de sus elementos, que no creo que sea requisito necesario para conquistar nada ni falta que les hizo a los mamporreros de Cortés hace quinientos años, pero ayuda a que el discurso se entienda y se comprendan mejor las cosas, que en televisión es casualmente importante, ante las cámaras, en el grupo o cuando toca salir de cacería a buscar alimento, tomarse unos vodkas o compartir el minutito emotivo que la organización de este tipo de concursos concede a los participantes (como a las misses) para poner a prueba su gramática o empujarles al filo de un precipicio bordeado por preposiciones y presentes de subjuntivo.

Aun recuerdo a Patxi, a Raul o a Azucena. Los tiempos cambian. Pero doce meses tampoco son quinientos años y no encuentro barrera histórica posible para pensar que alguno de este año ni siquiera hubiera salido de la terminal 4 del aeropuerto sin ayuda. Voto ahora que todavía están a tiempo porque no se empañe más la memoria del concurso y el nombre de quienes lo engrandecieron y se declare el premio desierto. O mucho mejor, que se lo den al Julian, un fenómeno, el tío destinado a borrar del mapa de una vez, ya veremos, al jodido de Ramón García.

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