miércoles, 11 de abril de 2007


FOTITIS.

Allí estaban todos, hasta donde las cámaras de televisión y mi ojo fueron capaces de ver: el presidente, por supuesto, el presidente de honor, el jefe de la sección, el director deportivo, el director superior de la sección, el secretario técnico y el adjunto a la secretaría tecnica de la dirección. La verdad es que entre todos hubieran hecho un cinco bastante digno, que ni a propósito, con Divac y Martín jugando por dentro y Emiliano saliendo desde el banquillo, pero ese no es el tema, los campeonatos de veteranos no se televisan ni deberían de marcarle el paso a una sección como ésta, tan apartada de la actualidad y los títulos. Hace veintitrés años que el Madrid perdió en Atenas la Copa de Europa (la de verdad, la que disputaban los seis mejores equipos del continente) frente a la Cibona de Petrovic. Me cogió de viaje a Galicia, a pasar unos días de semana santa. No me imagino tanto despliegue ni tanta gana de justificar el cargo y salir en la foto. Entonces fue un fracaso tremendo aquella dignísima derrota, ayer se tocó el cielo con el codo y medio antebrazo. Lo que va de un tiempo a esta parte se escenifica con esa fila de asientos pegada al banquillo y las celebraciones posteriores.

Yo me lo pasé pipa, estuve cerca de emocionarme. Luego un amigo me llamó para recordarme la canción, esos títulos y campeonatos que sólo cuando juegan el Madrid o el Sevilla interesan a alguien.

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