miércoles, 16 de mayo de 2007

DAME CERA.
Dice Daimiel que una eliminatoria de play-off no empieza hasta que uno de los dos equipos gana un partido fuera de casa, que debe de ser una forma recatada de esconder bajo una idea muy poco promocional que sólo la sorpresa o el cachondeo justifican el viaje, hablamos de partidos que se emiten a las cuatro de la mañana después de seis meses de competición y ochenta y dos tramites previos. Vaya, que los hay que tener muy bien puestos. Y a estas alturas del año nos venden que cada partido es otra historia, no hace falta que se disparen las audiencias para entenderlo, pero el discurso parece siempre el mismo, que están en juego muchas cosas y cada partido es un mundo, el balóncesto es así y jugamos mejor que nunca pero no nos explicamos cómo se nos pudo ir la victoria, con tantos lesionados, en el último minuto.

Pero a veces me levanto y mira por donde el cuerpo me pide otras cosas, me sé todos esos evangelios de memoria y quiero ver algo distinto, no creo que sea tan dificil de entender, espero un poco más de mala leche y de cera, de todos los colores, cera de la buena, tortas, expulsados, suspensiones, decisiones arbitrales polémicas, quiero ver currar un poco a Stu Jackson, escuchar lamentaciones y amenazas, frases cainitas que se susurran apretando los dientes camino del banquillo, te vas a enterar, ésta te la devuelvo en el próximo partido. Voy a echar de menos a Horry, los dos próximos se me van a hacer eternos. Ese placaje a Steve Nash era justo lo que necesitaba para despertarme.

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