COPIONES.

Siempre es mejor rodearse de marcas de verdadera calidad y rechazar las imitaciones, que eso lo saben hasta los monos, y ahuyentar las copias, los sucedaneos y los engendros que cuando nacen de culo ya no auguran nada bueno y pueden acabar muy mal. Hay imitaciones que a veces superan su original en un ejercicio imposible de perfeccionamiento que en su ejecución hacen olvidar la hermosa criatura que las parió, algunos singles de Oasis, aquella peli de Curtis Hanson, la nueva serie 5 de BMW, si la materia prima es buena y fue concebida entonces a prueba de copias y sentó las bases del pop, el cine negro o de los modelos deportivos, por ejemplo. Los problemas empiezan cuando uno tiene que levantar una catedral de la nada o dedicarse al plagio más torpe. Entonces aparecen el Bus, el Efecto F, PopStar o la nueva machada que se han sacado de la chistera los genios de Cuatro, un programa que busca el talento y estimula a que salga de cada uno de nosotros lo mejor, nunca había pensado que el país estuviera lleno de genios escondidos por descubrir, es indudable que la humanidad entera está contrayendo una inmensa deuda con esta gente.

Qué pena lo de Miqui Puig. Tantos años en la sombra haciéndonos complices de una brillanre carrera desaprovechada para reaparecer con una americana azul de rallas y entregarte a la fama, que en dos días todos te recuerden por el programa este nuevo de música que copia a operación triunfo y que no me acuerdo cómo se llama, colega.