QUIERO SER FAMOSA.

Ya no queda sitio para todos. La fama lleva cotizando a la baja desde hace media docena de gran hermanos y la popularidad ya vale desde ayer, que fue cuando vi a Naiala, su última ganadora, menos que un kilo de garbanzos o una simple participación de loteria, los minutos esos que van desde una nominación al plató y de ahí a la portada de interviu, al falso romance y al montaje chungo con la cristina rapado de turno, todo junto. La gloria es efímera, una de las putadas con las que tiene que cargar la humanidad desde siempre, luchar contra su destino y fabricarse una inmortalidad esculpida a golpe de sufrimiento y heoricidad para nada, y a eso no escapan premios nobel, investigadores chiflados, futbolistas o gente como Naiala, que un dia contemplaron la historia a sus pies y tardaron el mismo tiempo que separaba la salida de la casa en llegar al plató en darse una buena ostia. Ahora amenaza con lo que les queda a todas, la portada en interviu, pero se apresura a explicarlo, dice que lo hará por más dinero que una rubia que ya posó antes por lo visto por muchos menos cuartos que ella. Menos mal.