viernes, 9 de marzo de 2007




EL MARCA Y DIOS.
Hace tiempo que dejé de creer en el Marca, no menos de quince años. Delgado tenía que recuperar cinco minutos en los Pirineos a Lemond y a Fignon y toda España, salvo el Marca, que se afanaba en hacernos creer lo contario, sabía que aquello era más que imposible. Luego vinieron otros tour, los mundiales, otras remontadas imposibles y más mentiras. Desde entonces, cuando veía a Perico desfallecer con gastroenteritis en Luz Ardiden, mi relación con el Marca ya ha oscilado entre el ateismo, el agnosticismo más absoluto y el desprecio. Supongo que para un ultrasur del Madrid creer en el Marca debe de ser como un acto de fe o algo por el estilo. Para el resto, ya no quedan dioses que vendernos, ahora Capello, luego Acelotti, y si este la pifia no os preocupeis que tenemos a Molowni o a Del Bosque, que en crisis de fe nunca fallan y convencen al más incredulo. Uno ya no puede con tanto cachondeo. Que se cuiden un poco las formas. Que se quede Capello y se pire el Marca. Que se piren el Marca y Roberto Carlos, y que éste se retire. Pero no le echemos a Capello la culpa de todo. Esa es del Marca.

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