LOS CUERNOS DE CONCHA.

En una sociedad de mercado donde mandan la supervivencia y la forma de salir adelante como sea, las maneras de aliarse con el capital son infinitas y uno vende lo que puede. Puedes pasarte cincuenta años repitiendo tu tarea en la misma cadena de montaje o, si tienes impunidad para hacerlo y encima te pagan, contarle la misma historia a una cámara cincuenta veces, recordar lo grande que fuiste, tus mejores años, cómo triunfaste, te arruinaste y luego, esto a la gente le encanta, te recuperaste y saliste adelante sin importar el peso de los pufos, los cuernos y los años que la profesión y la vida te han colgado como se le coloca un yugo a un buey y éste sigue tirando.

Ya sé que lo de Concha Velasco huele y que hay motivos de sobra para que alguien con tiempo ayude a colapsar la justicia y acuda al Constitucional al amparo de los evidentes motivos discriminatorios de los que bebe y se alimenta esta mujer. Dirán que es porque no se les puede poner a todos el mismo rasero, alguna aun se merece cierto trato de favor, y que Sonia Arenas se rompa la cabeza para ingeniárselas, que hasta ahí podíamos llegar. Pero lo que yo creo es que el rasero se lo pone ella solita. Ya está bien de tanta reivindicación barata y tanta pena. Si de verdad quieren mirar hacia delante, que lo haga y nos deje a todos tranquilos, que fue hace un año cuando prometió algo parecido y ahí sigue, erre que erre, el prologo del mismo libro que no acaba de arrancar, con su enésima reinvención como mujer madura y estupenda. Pobre Paco Marso.

QUIERO CREER EN ODEN.

No recuerdo haber tenido esta sensación desde hace bastantes años, creo que fue en el 96, un mes de junio por la noche, cuando hablaba de baloncesto en el Chaquetón con Alberto y me decía que San Antonio elegiría el primero en el draft, los dos estabamos seguros, a Tin Duncan, por supuesto. Tengo ansiedad por ver la final four universitaria y comprobar con mis propios ojos si Greg Oden es tan bueno como dicen y si hay en él madera para marcar una época. El baloncesto se alimenta de mitos. Duncan cambió entoncés a un equipo deshauciado y lleva ya tres anillos. Oden y Durant cargan ahora con el peso de devolver la esperanza al afortunado que se los lleve, la caravana de los reyes magos.

De aquella época en la que el draft era una verdadera lotería pesan más los petardos que la polvora, el contrato millonario de Olowakandi, Kwame Brown o Milicic que las carreras de los que verdaderamente triunfaron. Hubo unos años en los que la final four presagiaba gestas muy grandes, gente llamada a revelarse contra la inercía de las cosas y otros en los que el tiempo quitó la razón a quienes apostaron sin suerte. Y este año, con estos dos mirlos, parece que toca.

PREGUNTAS PARA LEONIDAS.

Hay un momento de Smoking Room en el que Juan Diego le pregunta al viento si los hombres de antes eran más fuertes, que es lo que se conoce como una pregunta trampa, a ver quién es el guapo que da una respuesta ingeniosa que escape al ridículo y a la evidencia más vergonzosa y no nos deje en mal lugar. 300 no creo que pretenda responder a Diego ni habrá tenido demasiado en cuenta estas pamplinas cuando vio los cines, pero sí que ofrece un poco de luz al asunto, además de destacar, para ser justos, por unas cuantas cosas más, sentido del ritmo, de la tragedia, del espectáculo. Sería injusto volver a las comparaciones, uno no vive mal, pero el recuerdo es cruel cuando nos deforma el presente y nos devuelve el pasado para fustigarnos, los tiempos nos están amariconando bastante. Yo no quiero un presidente como Leonidas ni un ejercito como el que peleó en las Termopilas. Me conformo con no caer en la mediocridad más absoluta hacia la que parece que nos abocamos, que no haya que celebrar la victoria ante Islandia como un hito o someterse al dictado de un tío que no sabe dónde pisa ni cuanto vale un café.
Me lo he pasado pipa viendo 300. Había oido hablar de Frank Miller y de Esparta, pero al lado de lo que he visto no me interesan demasiado las reseñas y esta es una película que se vende sola.

PARECE SER QUE VA A LLOVER.

Ahora resulta que los embalses están desbordados. Ayer era el invierno más caliente del siglo y hoy las lluvias de los ultimos días nos situan ante un nuevo hito, ya lo estoy viendo, se les llena la boca a Matias Prats y Cristina Liso, el mes de marzo más tormentoso, nunca hubo tanta agua por metros cuadradado desde los romanos, pues sí que estamos bien. Un lunes hay sequía y al dia siguiente que alguien venga a recoger todo el agua y se lo lleve a Valencia, que aquí tenemos de sobra. Mucho peor, ahora llueve, mañana hace sol. En un segundo pasamos del calor al frío y de la nieve al hielo, y por si alguien no se había dado cuenta esto lleva pasando siglos sin que nadie hiciera noticia de ello, posiblemente porque la gente se ganaba la vida de otra forma, no había televisiones ni hipotecas tan altas, Al Gore aun no había nacido o qué sé yo. Insisto. Nos empeñamos en empaquetar el cambio climatico al lado de la última novia de Ronaldo o la enésima pelea del novio de Kate Moss y parimos noticias como éstas, cortadas por el mismo rídículo patrón. Mañana va a llover. Y el sabado no descartó que haya nubes por la tarde, el cielo se oscurezca un poco y tal vez caigan del cielo algunas ranas. A ver si es verdad.

QUIERO SER FAMOSA.

Ya no queda sitio para todos. La fama lleva cotizando a la baja desde hace media docena de gran hermanos y la popularidad ya vale desde ayer, que fue cuando vi a Naiala, su última ganadora, menos que un kilo de garbanzos o una simple participación de loteria, los minutos esos que van desde una nominación al plató y de ahí a la portada de interviu, al falso romance y al montaje chungo con la cristina rapado de turno, todo junto. La gloria es efímera, una de las putadas con las que tiene que cargar la humanidad desde siempre, luchar contra su destino y fabricarse una inmortalidad esculpida a golpe de sufrimiento y heoricidad para nada, y a eso no escapan premios nobel, investigadores chiflados, futbolistas o gente como Naiala, que un dia contemplaron la historia a sus pies y tardaron el mismo tiempo que separaba la salida de la casa en llegar al plató en darse una buena ostia. Ahora amenaza con lo que les queda a todas, la portada en interviu, pero se apresura a explicarlo, dice que lo hará por más dinero que una rubia que ya posó antes por lo visto por muchos menos cuartos que ella. Menos mal.

VASCOS Y GUAPOS.

Quiero ver un gesto valiente en la organización del certamen de Miss España, que ha elegido a Miss Guipuzcoa como la más guapa de entre las guapas y a Miss Bizkaia como dama de honor de aquélla o algo así. Quiero ver que tienen que decir ahora los de siempre, a ver Javi, eso de que por aquí no hay guapas, vamos a desterrar de una vez los tópicos y los cortes de pelo a guadaña y a jugar todos con la misma baraja, no dudo de que aun queden tías que entre depilación laser y polvo se monten sus fiestas a su manera o quemen algún cajero, pero la simplificación no se aguanta sola, como no dudo de que en Sevilla o Huelva queden tías buenas que sepan leer y escribir. Quiero ver qué tienen qué decir de todo esto los políticos y los jueces de la Audiencia Nacional y si el gesto de la organización viene de un alumbramiento espontaneo o responde a otra explicación más elaborada, acaso ese gesto que espera el gobierno y tanto teme el PP. Y me gustaria saber por último qué coño piensa de esto Ines Sanz, que creo que así se llamaba la responsable de que diez o doce años más tarde aun estemos disgrediendo sobra chorradas así.

LOS PROBLEMAS CRECEN.

El ser humano tiene una especial habilidad para desarrollar los problemas y un olfato único para joderlos, y esto es una evidencia más que a lo largo de la historia ha llevado a diferenciarlo de cualquier otro. Igual que no puedo ver a un perro o a un pez en el lugar de quien me imagino, me hago cruces cuando veo cómo nos complicamos faltalmente muchas veces. Claro que la extrapolación necesitaría imaginarse a perros y peces preparando oposiciones, dejándose la vista y la cabeza, quemando su juventud persiguiendo quimeras y abrazando un catalogo tan rico de emociones, fracasos, aprobados, felicitaciones o éxitos, que tampoco deja en buen lugar la comparación que planteo, pero es verdad que a veces somos muy perros.
Por desgracia los problemas abundan, no hace falta salir en su busqueda, ya vienen solos. Tengo un amigo que acaba de aprobar después de ocho años su oposición y en menos de siete días me ha regalado media docena de argumentos para apuntalar mi teoría. Hace dos días estaba de barro hasta el cuello y ahora juega a algo nuevo que hasta ahora no conocía. Si no nos complicaramos tanto seríamos perros o peces, y no aprobaríamos oposiciones. No me consuela.

UNA PIJA ENTRE UN MILLÓN.

Te aseguro que sé reconocer a una pija auténtica entre mil, las hay que no pasan desapercibidas. A Cristina Teva la delata el acento y la superficialidad con la que habla de cualquier tema, pero podría también hacerlo por un millón de razones más y nada la haría diferente, seguiría siendo igual de pija y su acento no cambiaría un apice ni perdería un gramo de su superficialidad, las reconozco entre un millón. La pija nace y el tiempo, la ropa, la fama mediática o las exigencias del guión la conducen al espacio que la historia le tiene reservada entre las tiendas de ropa y el plástico, las cremas de ballena, los tintes de pelo, los futbolistas imbéciles y macarras. La veo en canal plus, en la mtv, entrevistando con su inglés pijo actores en la alfombra roja y creo que en algún sitio más que no recuerdo, porque es su virtud que nada de lo que cuenta importa un bledo a nadie y si importa consigue que nadie se interese por lo que en el peor de los casos tenga que decir. Es la pija del mes de marzo por méritos propios. Antes que la sobreexposicion en los medio la hagan trascender a la mediocridad o presentar un telediario junto a Lorenzo Milá, ella fue pija del mes.

APOLOGÍA DE LA BASURA.

A veces la sociedad debería de perderle el miedo a ciertas cosas y llamarlas por su nombre, mirarle la cara a la derrota, admitir que no se puede convivir eternamente con el miedo. Se acerca el día en el que la basura sea moneda legal de cambio y se contemple como una mercancia más a la que hay que dar salida, reponer en los supermercados y situar en la parrilla de las televisiones. La basura hace tiempo que ha llegado. Lo que hace falta es que el legislador o quien sea le meta mano de una vez y la regularice como se dice ahora, le ponga nombre y apellidos, le dé papeles y decida para su consumo si hace falta prescripción médica, receta o un determinado nivel de imbecilidad. Que se entere de la vaina de una puta vez.

Voy a hacer en cuatro lineas apología de la basura: macdonalds cada 15 meses, fosters cada 3 o 4 semanas, un minuto de gemma ruiz cada 4 meses, denia apolinar cada 5 años, jarvis cocker a diario. Que cada cual se la procure como quiera y decida como ser feliz, pero con arreglo a las normas.

LOS DOMINGOS, DERROTA.

Todas las derrotas le hacen a uno pensar, enfrentarse cara a cara con sus peores presagios, otra temporada sin títulos, y retroceder en el tiempo treinta años, hasta la simiente más puta, aquel momento fatal en el que uno se comprometió inutilmente con la idea de fastidiarse los domingos a cambio de nada, por el simple placer masoquista de hacerlo. Pesan siempre más las derrotas que los títulos. Treinta años sin ganar la copa de europa y tres ediciones casi consecutivas haciéndolo no bastan para aliviar el dolor de una eliminación en octavos por el Monaco de turno o para seguir soñando con aquel gol de Elber que nos dejó en la puertas. Recuerdo más las derrotas en el Palau que cualquier triunfo por brillante que fuera, aquel con canasta postrera de Burke incluido. Siempre se convive más tiempo con el miedo al fracaso que con la esperanza de revivir cualquier éxito. Y así hasta el infinito. Parezco Nick Hornby. Los domingos por la tarde le pasan a uno la factura del fin de semana y un resquemor que el lunes convertirá de nuevo en ilusión y engaño. Sabía que perderíamos en el Palau, pero el martes será otra historia.

UN ALEMÁN MUY BUENO.

Hay un grueso muro de unos cuantos kilómetros y treinta años de distancia entre el cine de Soderbergh y el que hace un alemán muy joven que se llama Florian Henckel von Donnersmarck, director de la premiada LA VIDA DE LOS OTROS, que acaba de ganar el oscar a mejor película de habla no inglesa y que lleva todo el invierno recopilando no sé cuántos premios más y desdiciendo los tópicos, acaso una película premiada no puede ser tan jodidamente buena.
EL BUEN ALEMAN es otra cosa. A Soderbergh hace tiempo que se le busca como sospechoso de casi todo, si fuera delantero centro se habría hartado a chupar banquillo, su problema está claro que es de finalización. Hay una forma sútil de acariciar la epidermis y otra de profundizar unas cuantas capas más abajo y llegar al fondo y a veces la ocasión no entiende de caricias y pide puñetazos. Por una vez el dichoso oscar no estaba equivocado.

Tengo poca fe en las posibilidades del Madrid hoy en el Palau. Les van a dar bien.

NOS VAMOS AL GARETE.

Empiezo a estar un poco hasta los guebos del tiempo, de las noticias del tiempo y de las noticias sobre el calentamiento global del planeta y el cambio climático. Ahora resulta que hemos tenido el invierno más cálido en cientonosécuantos años, según dicen las columnas de la prensa y remarca bien el presentador de tele 5, lo cual no añade nada a la sensacion térmica que tengo desde el verano pasado ni a la intuicion que me persigue desde que cumplí los seis años, que esto se va al garete y que tenemos los días contados.

Me joden las noticias del tiempo y me jode ver al mamón de Al Gore predicando con el ejemplo que tanto me jode, frivolizar con las cosas serias convirtiendo en noticia diaria lo que debería de ser un problema al que buscar soluciones. El cambio climático al lado de la fiebre asiática, las vacas locas, la violencia de género o el barca-madrid del sábado no añade nada a las previsiones más negativas ni limita las emisiones de co2 y en cambio sí contribuye a que todo se mida por el mismo rasero de feria y pandereta. Y cuatro chapitas en la solapa no van a parar lo irremediable, que nos vamos todos a tomar por el culo.

MILAGROS MEDICOS.

He descubierto House un par de temporadas más tarde que el resto, una tragedia, que es la nueva unidad de medida por la que se clasifica a alguien como raro y se le aparta en esta sociedad superficial del panel de audiencia como hace unos siglos supongo que se mandaba al monte a un leproso o se le daba carril al que no llevaba pelo largo en la época de facultad. Mil años más tarde, sin embargo, ya no hace faltarse echarse al monte, llegaron la electricidad, el video, las televisiones digitales y las multidifusiones para recuperar el hilo. Y dos temporadas, a la velocidad machacona que llevan los programadores del canal fox, antes nos moriremos todos, no es nada .

House está bien. Llevaba tiempo oyendo hablar del tío borde de la muleta y nadie exageraba. Una serie con ese personaje, sin Francis Lorenzo, con esos dialogos y ese deseo de separarse de la realidad y no esforzarse en retratar con ironía más que su propia historia, como si esto fuera poco, es un milagro.

MURAKAMI BLUES.

Veo en el número de marzo de Rockdelux que la última novela de Murakami ha sido elegida libro del año según sus lectores. KAKFA EN LA ORILLA, creo que se llama. La verdad es que no me importan demasiado las listas anuales ni mucho menos la opinión de los lectores de Rockdelux, entre los que paradojicamente me encuentro, y a lo mejor es por eso, que ya me pillan de vuelta, y me produce hastío el seguidismo de la gente y esa excasa capacidad de autocrítica, lo que me ha tocado ver en los quince años que recuerdo de la revista, tanta lista y tanta tontería. Paso por eso de los gustos. Lo que me fastidia es otra cosa.
Lei TOKYO BLUES hace unos meses y me temo por la editorial Tusquets que ya tengo Murakami para rato. Que le den. No me gusta como escribe y me parece previsible y triste. Pero reconozco que lo que vio tantísima gente conmovida y los lectores de rockdelux sería para mí un misterio si aquella historia pachangera de adolescencia, crecimiento personal y suicidios que me jodio seis tardes de enero no viniera casualmente acompañada por el éxito de critica y listas. Gracias a todos ellos por permitirme entenderlo.

NO TE METAS EN POLÍTICA.

Le digo a Oscar que no se meta en política y ni por esas. Sale a discusión el mismo tema de siempre, todo lleva a discutir siempre de lo mismo, es una espiral con un ventilador a la espera que da vueltas y salpica de mierda lo que encuentra. Mi opinión coincide en lineas generales con la del Guebo. Con una pequeña diferencia: que no seré yo el que pierda el tiempo hablando de esta escoria, y mira que con estas lineas ya lo estoy haciendo. La política está para la gente analfabeta, jubilados, pensionistas del inserso, ultras, enfermos, veteranos de la guerra civil, jubilados del inserso, ultras analfabetos, analfabetos del inserso, enfermos analfabetos. Lo demás son permutaciones de cinco elementos y bla, bla, bla. Los políticos (de esto me ha llevado tiempo tomar conciencia) no hablan mi idioma y no creo que piensen o que hablen para mí. Viven a mi costa y lo que ya me parece intolerable es que encima arruinen un misero minuto de mi supervida solo con el hecho de poder albergar un mínimo resquemor contra ellos o contra quienes opinen de una o tal forma. Si alguien me da una diferencia entre alguno de los partidos democraticos que nos gobiernan que me la diga. Pepe Blanco es subnormal. Acebes, retrasado. Zaplana, un jeta. Zapatero, un vividor. Lopez Garrido, ni te cuento. Me da pena Rajoy, que pudiendo ganar quince kilos al mes en su registro de santa pola se halla enfrascado en esta guerra.
Los políticos rigen nuestras vidas, eso es impepinable. Pero a mí que me pillen durmiendo placidamente la siesta y me dejen dormir tranquilo entre tanto, para cuando me la jodan.
No me digas que no tengo razón.

INGLATERRA NECESITA UN MILAGRO.

Para los españoles, que nunca ganamos nada, los mundiales son una putada cada cuatro años que nos recuerda lo viejos que somos. Y a Brian Ashton, que así se llama el nuevo viejo seleccionador inglés de rugby, se le debe de caer el pelo mientras piensa como dar forma a todo esto y no caer en el desánimo, con un ojo en la zancada corta de Jason Robinson (quién te viera y quien te ve) y otro en la enfermería. Todo pinta mal para Inglaterra. Es la hora de los grandes remedios. Inglaterra no necesita a Wilkinson, como dice todo el mundo. Lo que pide la ocasión es algo más, tal vez Wilkinson, tal vez la delantera de hace cuatro años, visualizar aquellos triunfos y esperar el milagro.

Ayer ganaron a Francia, en apariencia todo va bien. Pero a nadie se le escapa que cualquiera de los grandes en el mundial les pasará por encima.

LA TERCERA VÍA.

Ya había digerido la comida del Sua cuando por casualidad me enteré de que el restaurante es propiedad de Patricia Gaztañaga (sí, la del diario). Aparte de que nadie esté libre de culpa, no necesito de ningún listo que me lo explique, de que uno hace lo que puede para vivir y todo eso y también de que tengo la certeza de que a esta mujer le espera un buen pedacito de fuego eterno para cuando algún día se acabe su programa (ni mil restaurantes como éste podrían purgar tantas penas, amiga mía), el caso es que ese no es el problema, la cuestión tiene que ver más con el eterno debate de si a una persona la hay que juzgar por sus apariencias, su obra o, aquí la tercera vía, sus restaurantes. O si los restaurantes y su obra pueden entrar en el mismo saco. O si no hay sacos que diferenciar y la diferencia es solo un pretexto para que podamos directamente llamar las cosas por su nombre: a ésta tía, una jeta aprovechada con buen paladar; a Messi, un cabrón con una buena zurda.

El tercer gol de éste lo digerí peor. Dormí mal y tuve pesadillas. Las de siempre, el unicornio galopando por un bosque de enanos y el examen de la oposición.

SUA.

Dice Bolaño que hay momentos para recitar poesía y otros para boxear. Al Sua hay que ir lógicamente a lo primero. Está en Marqués del Puerto, entre Diputación y Moyua, y aunque el comedor y el servicio deján bastante que desear y los precios son proporcionalmente caros, uno ya es mayor e intuye que todo eso debe de ser cosa de las modas. Antes por las pasarelas desfilaban modelos de cuarenta kilos y ahora lo hacen cebollas caramelizadas, patatas paja y carpaccios. Pero el caso es que en Sua no se come nada mal.
El otro día, camino de la Ovetense (esto ya es otra historia y no hay tiempo) le dije a la hermana de Cecilia algo así como que la clave del exito es pagarse uno la mierda a precio de mierda y no al de las anchoas de Santoña. Jode llegar a estos extremos para explicar lo evidente.

EL MARCA Y DIOS.
Hace tiempo que dejé de creer en el Marca, no menos de quince años. Delgado tenía que recuperar cinco minutos en los Pirineos a Lemond y a Fignon y toda España, salvo el Marca, que se afanaba en hacernos creer lo contario, sabía que aquello era más que imposible. Luego vinieron otros tour, los mundiales, otras remontadas imposibles y más mentiras. Desde entonces, cuando veía a Perico desfallecer con gastroenteritis en Luz Ardiden, mi relación con el Marca ya ha oscilado entre el ateismo, el agnosticismo más absoluto y el desprecio. Supongo que para un ultrasur del Madrid creer en el Marca debe de ser como un acto de fe o algo por el estilo. Para el resto, ya no quedan dioses que vendernos, ahora Capello, luego Acelotti, y si este la pifia no os preocupeis que tenemos a Molowni o a Del Bosque, que en crisis de fe nunca fallan y convencen al más incredulo. Uno ya no puede con tanto cachondeo. Que se cuiden un poco las formas. Que se quede Capello y se pire el Marca. Que se piren el Marca y Roberto Carlos, y que éste se retire. Pero no le echemos a Capello la culpa de todo. Esa es del Marca.

PUES ESO.
Escucho a Vainica Doble en la radio: déjame que descanse un rato al sol/ déjame vivir con algería/ si he pescado bastante para hoy/ mañana será otro día/ no faltará un caracol.
Pues eso.