1.- Queda más guay decir que tu rollete es más el de Panda Bear o Conor Oberts, que no sé muy bien qué rollete es, pero entiendo perfectamente lo que puñetas significa, que cualquier otro. Que Mogwai o Death in Vegas están pasados de moda y negarse a la evidencia de que todo lo que escuches ahora dentro de un par de años también estará inevitablemente olvidado y que será una mierda a tus oidos, vaya. Que no hay sitio para nadie más que tú en un espacio tan limitado, donde cuesta tanto convivir con las opiniones ajenas y enfrentarse a veces a la mediocridad de las propias, asumir que al menor descuido todas se parezcan demasiado.
2.- La vida es una pose permanente que escenifican mejor que nadie situaciones como ésta. El tanatorio y la sucesión de homenajes, a dos pagínas, para el que se va y deja en el camino un rosario de despropositos. La capilla ardiente en la SGAE. La sonrisa del primo oliendo la sangre contante y sonante del royaltie. El recuerdo emocionado de los que hablan de él como un hermano y tuvieron la suerte de compartir su arte. Los que prefieren a Fleet Floxes.
3.- Escribí de Antonio Vega hace un par de años, cuando la cosa ya pintaba bastante mal. Y lo hice hace apenas unos meses, cuando lo escuché por última vez en directo, alimentando, lo reconozco, el mismo comentario estúpido que tanto leo estos días para recordar al artista, y poder decir, cuando todavía estaba de cuerpo presente en los escenarios, eso mismo, que yo también lo vi.
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