Y no sé si esto será bueno. O un mal presagio del año que me espera. Levantarme con el estribillo de Los Calis en la cabeza, descargarme toda su discografía en una hora y abandonar en ese mismo tiempo todos los deseos con los que termine el 2.008, me importa una mierda quien saque disco o quien la palme, que lo verdaderamente importante sea poder llegar a los postres de la boda de quien sea, coger el micro por la fuerza y que nadie me impida cantar esta canción.
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