jueves, 27 de mayo de 2010

SABEN AQUÉL QUE DICE...?
Todo el mundo dice que Eduardo Inda es tonto. Hay unanimidad en el tema. Y la verdad es que ése es el mensaje que precisamente él mismo parece querer transmitir y el que le obliga a uno a recoger el guante y concederle el mínimo beneficio de la duda. La duda oscura. Anima a la gente a levantarse de la silla y clamar al cielo. No son las portadas el problema. Es la linea editorial. Joder con la palabra. Hay un mensaje finísimo de imbecilidad que hila todas las reflexiones del periódico de un tiempo a esta parte. Y a lo mejor el problema es simplemente de cantidad. Que no puede serlo tanto. O que, de lo contrario, no puede ser verdad.

Apenas recuerdo dos o tres directores de Marca desde hace treinta años. O de siempre, vaya. A Manuel Saucedo, por el tema del baloncesto. Parecía un tío sensato, escribía en Gigantes y hacía las crónicas de Copa de Europa del Madrid a primeros de los 80. Me vienen también a la cabeza los nombres de Elías Israel, porque conozco muy poca gente que se llame Elías, no por otra cosa, y el de Luis Infante Bravo, que, fíjate tú, con certeza no sé bien si el puticlub que dirigía entonces era el del Marca o el del As.

Nadie dijo que destacar fuera sinónimo de nada o que para hacerlo hubiera que patentar una cabeza nuclear o descubrir la rueda. Eso es un invento. Uno puede ganarse la vida como uno de esos humoristas que vendían sus casetes en las gasolineras o ejercer el humor con más oficio en la jefatura de un ministerio, un equipo de futbol o un periódico. Inda confunde la repercusión mediática con el prestigio, algo que dudo que a estas alturas, perdido en el monte, a donde se ha tirado el día que discurrió lo de su mensaje y sus chorradas, sepa lo que es. Allí vaga con una cantimplora y una mochila. Y en el Real Madrid confunden a Inda con un ministro.

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