martes, 4 de mayo de 2010

ESTAIS GUAPISIMOS.
El otro día leía a Manolo Rosetty escribir que está de moda eso de que los equipos de futbol se hagan la foto con los jugadores de abajo, los que antes estaban agachados, ahora en posición casi vertical. Cosas de las tendencias. Nunca se sabe. En el mundial de España, la selección de Camerún formaba como si fuera una unidad de la legión y ahora le salen imitadores que parece que quieren evitar cansarse antes de empezar los partidos, se doblan unos centímetros con cara de prisa, la mitad salen siempre despistados, no hay tiempo que perder.

Todos los cambios son siempre hacia el abismo. No falla. Como lo de las camisetas. Rosetty estará preocupado con lo suyo, pero lo que a mi me confunde es ver un domingo sí y siete también a los equipos de la liga de las estrellas uniformados con equipaciones abominables que traspasan cualquier barrera teórica cercana al mal gusto. Algunas camisetas parecen pijamas. No se respeta nada. Y ya no hablo de esas tan ajustadas que exportaron los italianos, puro chill out. Se improvisan los colores, se diseña con mala ostia y si hay que vestir al Osasuna con amarillo fosforito o al Zaragoza con los colores de rumasa no tiembla el pulso. Hay combinaciones imposibles. Algunas carecen de conexión conocida con el equipo. Y se repiten cada quince días, sin importar la antigua coincidencia de colores que antes era el único motivo que llevaba a recurrir a la segunda equipación. El Barca se mantiene fiel a una linea que lleva años luciendo como si fuera una penitencia de semana santa, todo por no llevar nada blanco en su vestimenta. Naranja, verde o amarillo, ahí es nada. Culpa del diseñador, si fuera uno sólo, o de las tendencias, me temo, que anteponen ganarse cuatro duros (a ver quién se gasta 80 euros en la segunda equipación del Racing) a vestir a sus jugadores como personas decentes.

El caso es que llevo sin ver un Barca-Atleti como dios manda desde hace años. Primero, salen al campo disfrazados de payasos. Y luego, lo de la foto. No solo el mundo se acaba. En fin.

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