Se me apareció un angel un sábado por la tarde, interrumpiendo la programación de teledeporte, y con voz solemne me dijo:
-Tengo dos noticias para ti. Lo de siempre: una buena y una mala.
-No me hagas esperar, -contesté. Dímelas rápido, antes de que conecten con Old Trafford.
-Voy a decirte primero la buena, porque me da la gana y porque enlaza mejor con lo que tengo que contarte a continuación: que tu querido Xavi Diaz ya no va a retransmitir más ningún evento, se acabaron por fin los partidos de baloncesto femenino o el tenis. Ni siquiera procesiones de semana santa. Se terminó el confundir los jugadores o el inventarse términos que alguien le aprendió sobre la marcha y el tío no supo utilizar a tiempo.
-Y el rugby?
-Tampoco el rugby, de verdad.
Me recorrió un escalofrío y luego le miré con desconfianza. Me agarré a mi butaca.
-La mala -dijo el angel- es que a partir de ahora lo vas a ver hasta en la sopa, chaval, sentadito en el estudio de Sant Cugat, chupando cámara y contando chistes, al ladito mismo de Nacho Calvo o del menda que lo soporte. Dando entrada a las conexiones, entrevistando al apuntador. Si no echas de menos sus retransmisiones de los últimos juegos olímpicos será porque no te va a quedar otra que olvidarte del canal-. El angel soltó una carcajada.- Os vais a hartar!
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