domingo, 9 de noviembre de 2008

EL PAPEL DE MI VIDA.
No es la televisión, tío. Esto es la HBO. Que los americanos son la polla y lo han vuelto nuevamente a hacer. Aparece un negro y se abre el telón. Un negro que interpreta el papel de un negro que interpreta a un negro que hace las veces de un tío cualquiera de esos de color. El tío de color es eso, muchas cosas, parece majo, sincero, tiene una mirada clara, se le presumen intenciones buenas cuando abre la boca y bendice el pavo en el día de acción de gracias, primero delante de los padres de pega de la fulana de turno, que están encantadísimos. Luego, delante de todo el país. Michael Crichton debería de haber previsto que todo esto ocurriría antes de morirse. Todos fingen. Los congresistas y los votantes son figurantes del show que hace años tuvo a Truman de protagonista y ahora se ha buscado el rollo este de Luther King para firmar media docena de temporadas y hacer caja. Porque aquí se va a untar hasta el apuntador. Que se vayan haciendo sitio los patrocinadores y los guionistas de moda aporten su gramo de originalidad al invento. Puede que la realidad supere a veces la ficción. Pero seguro que la ficción que adelantan ahora resulta mucho más chula si me la venden luego en blue-ray.

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