sábado, 20 de septiembre de 2008

DE VACACIONES.
No creo que nadie tenga ninguna duda de que si los directores de este engrendo fueran Arturo Fernandez o Cantinflas, estaríamos hablando de una desgracia y no habría demasiadas razones para el cachondeo. Que los dos colgaran por los guebos en el mastil de alguna plaza o compartieran celda con el asesino de la baraja, el del bate y el de la daga y ni dios sintiera un gramo de pena por imaginarse el destino de esta gente sería solo cuestion de tiempo. Lo que le sobra al mundo son timadores, que por aquí los hay a patadas como para traerlos de afuera o cultivar en invernaderos el producto nacional. No sé por dónde empezar. En Oviedo estarán contentos. Allen ha sido un gran director hasta hace diez años. El cansancio, la senilidad o la propia autoexigencia de escribir cada año una obra maestra era lógico que terminara de este modo. Es fácil justificar un traspiés, cinco churros en una decada o echarle la culpa a la promoción, los convenios con las instituciones o a la distribuidora que pensó en Vicky, Cristina, Barcelona para titularla. Pero otra más como ésta, y habrá que pensar que era él quien también dirigía las misas de los domingos y los capítulos del Equipo A.

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