martes, 23 de octubre de 2007


QUE NO SEA KANG, POR FAVOR.

Y si por casualidad alguien oyera esto: productores, exhibidores, distribuidores, programadores, guionistas y quienes busquen en esto de las películas algo más que una simple forma de ganar dinero. Que se enteren bien. Que lo sepan de aquí en adelante, dudo que les importe mucho, de una puta vez. Que estoy hasta los cojones de las películas de fantasmas, de los fantasmas de buen corazón, un poco traviesos, de esos que cuando se cargan a alguien lo hacen sin querer, como simple respuesta a un impulso aun más fuerte que sus verdaderas ganas de agradar y caer bien, son buena gente los espíritus, y de los fantasmas en general, alojados en caserones, hospicios, casas de aldea, conventos, colegios laicos o religiosos, castillos, edificios palaciegos, criptas, o monasterios restaurados y convertidos en paradores de cinco estrellas. De todos ellos estoy hasta el moño. Y hasta las pelotas de Belén Rueda.

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