Cuando la copa de europa aun conservaba su digno nombre y el Marca y el As no costarían más de 50 pesetas, alrededor de 1.984, los seis mejores equipos del continente jugaban cada jueves disputándose un puesto en la final que luego proclamaría por el mes de abril cual de aquéllos equipos era el mejor. Aun no había final four, liguilla de cuartos ni cabezas pensantes que se anticiparan un segundo al más hábil de los organizadores para decidir que mucho mejor que ver enfrentarse a los mejores jugadores era preparar para el mes de octubre un cuadro de competición tedioso donde el tercer clasificado de la liga francesa también debiera de tener su oportunidad. Luego aterrizaron los campeones de la liga polaca, el torneo cambió media docena de veces de nombre y pronto desmintió a los que vaticinaron otras tantas veces que aquel sistema de enfrentamientos fuera el perfecto y el CSKA de Moscu comenzó a nacionalizar jugadores americanos y a blanquear el dinero procedente de actividades ilícitas fichando extranjeros. Y no sé si el sistema anterior era perfecto. Lo que tengo claro es que el actual me parece una mierda. Lo pensaba cuando veía al Madrid hacer la rueda calentamiento en la cancha del Fenerbahce y saltar al campo con una camiseta de color azulado parecida a la que recuerdo de aquellos días. De ventipico años en adelante, ya ves, sólo el color.
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