lunes, 9 de enero de 2012

PARA GUERRAS. BODAS Y BAUTIZOS: RODOLFO SANCHO.
No sé si me habrá ido la olla. Pero al año nuevo le pido que si tengo algún hijo pueda hacer una boda o un bautizo a lo grande. Empezar bien las cosas. No me vale ya una fiesta de cumpleaños o una simple despedida de soltero para sentirme vivo, aunque las combinaciones podrían ser en este punto ilimitadas. Me muero por verlo a mi lado, disfrazado de obispo, con media docena de anillos y un sequito de acompañamiento donde sea yo quien tenga libertad para escojer entre las caras más apropiadas del catálogo. El de siempre. Ese que rueda por los despachos de las productoras, con las hojas marcadas, páginas mugrientas con restos de grasa. Nada hay más fácil en este pais que montar un casting para una serie de Antena 3 o imaginarse una ceremonia militar o un oficio religioso, como los convites de las Vegas, en el que tú eres el protagonista, caminas con paso firme hacia el trono abrumado por las condecoraciones y a tu lado, con esa mirada serena, cargado de responsabilidad, lo mismo opero a los muertos que repliego a los ejercitos, llevas a Rodolfo Sancho. Que empiece la fiesta.

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