sábado, 21 de enero de 2012

ESTO SE ACABA: MEGAUPLOAD.
Nunca te enteras de las cosas hasta que ya son palpables. Se amontonan las pruebas y entonces te presentan bien lucida la versión oficial. Nunca había oido hablar de Kim Schmitz. Un fichaje, el dueño fundador de Megaupload. No te genera el mismo sentimiento cuando piensas, no lo sé, por ejemplo, en el presidente del BBVA o en el dueño de la panadería de la esquina, que cuando miras a este pavo con sus metralletas y sus coches de lujo y piensas en la cuota de responsabilidad que albergas por haberle ayudado a construir modestamente su imperio. Porque mi constribución es una gota de agua en el oceano en el que este gordito chapotea sus brazos. Pero son tangibles mis 9 euros. Y ocupan un huevo en mi disco duro mis descargas y mis sentimientos hacia su portal. Quiero a megaupload más que a mis perros. A los que no cambiaría por mis amigos por nada del mundo. Y me he quedado sin mis amores y me tendré que refugiar en los brazos de algún otro gordito al que aun no conozco, con mansiones acorazadas en las Bahamas y vicios inconfesables que alguien me descubrirá cuando ya sea demasiado tarde. Y las descargas se hayan definitivamente terminado.

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