Había un tío en la grada al que las cámaras enfocaban continuamente, un anciano venerable que en otra época tuvo que repartir a diestro y siniestro, que vivió un momento semejante. El angel del norte, lo llamaban. El tío, claro, tiene sus años. Hacia sesenta años que Irlanda no lograba el grand slam, la triple corona y el torneo seis naciones. Un premio que dignifica el lugar que dentro de otros sesenta merecerá esa extraordinaria generación de jugadores que ahora lo acaban de lograr, cuando los que lleguemos entonces, supervivientes seniles como ese pobre angel, podamos decir que ni Brian O´Driscoll ni Ronan O´Gara eran unos perdedores.
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