Ya lo decían en el RBBE. Antes para follarte a la oveja te ponías las catiuscas y punto. Ahora no. Que ya no sabes de donde te vienen los tiros ni con unas gafas de esas de visión nocturna y tienes que moverte como un lince si no quieres que en lugar de una oveja sea un defensa del Madrid o algo peor tu objetivo. Son tiempos convulsos. Todo cambia. Y cuando lo hace normalmente nunca es para alegrarte el día, claro. Ya no se reciben cartas con recordatorios de primera comunión y nadie te llama para decirte que lo del Mercedes SLK que te prometen en la red es mentira porque nadie te avisa veinticuatro horas antes para decirte que te va a intentar joder pero bien y tampoco nadie se va a tomar la inútil molestia de pedirte disculpas por haber pensado siquiera en hacerlo. Antes se quitaban las catiuscas y a otra cosa. Pero los intermedios fueron menguando y el caso es que en muy poco tiempo se eliminaron los anuncios publicitarios y ahora ya no hay ni tiempo para el descanso.
Ahora los timos ya ni se toman la molestia de que llegar a tu casa en una caja de colores y con un lazo. No entran todos en el buzón. Te bloquean la linea de teléfono. Pasa uno más tiempo tratando de gilipolleces que de cosas serias, lo que provoca que la perdida de perspectiva contribuya a considerar una eminencia al gilipollas y a la inversa. O a abrumarse ante la estupidez más insignficante y pasar por alto el detalle en el que te jugaste la vida. Esta mañana me he peleado al menos tres veces. Que quereis que os diga. Pues que sois todos unos ladrones. Los que tuvisteis la feliz idea de hacer del real decreto el pasaporte para todo. Una revisión anual de la caldera, por qué no cada dos meses? Un coordinador de seguridad y salud que se encargue de controlarme, por 140 euros al mes, si los currelas de la obra vienen con el bollicao de casa o potan, pensando en Kate Moss, antes de salir. El director de banco que me habla de la formula del interés mientras se hace una paja con el swuimmsuit issue de SI. Políticos, empresarios y banqueros. Todos, coño.
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