miércoles, 4 de marzo de 2009

LA PRIMERA LECCIÓN DEL MANUAL DE AUTOAYUDA COMIENZA ASÍ.
El más mierda de los manuales de autoayuda no debería dejar de incluir una felicidad a la carta como ésta, con episodios que enseñen a conseguirlo en cómodos pasos:

1.- Focaliza el objetivo. Tanto más da que el logro sea transcendental para la humanidad como anecdótico. Mejor esto último. No es lo mismo levantarse de la cama con ganas de acabar con la esclerosis multiple que empezar por algo más simple.

2.- Asegurate que nadie más lo comparte.

3.- Utiliza el sencillo arte de la repetición para hacer de su existencia un motivo obsesivo. Dosis: dos veces al día, los dos primeros meses. Una vez cada cuarto de hora, desde entonces.

4.- Haz un esfuerzo por defender su transcendencia en grupos reducidos.

5.- Consigue adeptos. Que te escuchen de sus ventajas.

6.- No te olvides de los embustes y de las pequeñas trampas: remueve en los anales para defender lo indefendible. Háblales de efemerides a tus fieles.

7.- Examina con periodicidad tus progresos.

8.- Una hora al horno..

Y despertarás una noche, dando voces en medio de la calle, celebrando exultante, como si las tropas aliadas hubieran liberado Paris, la memez más grande.

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