martes, 15 de abril de 2008

HA NACIDO UNA ESTRELLA: MARCELINO.
Hasta ahora la tipología del comentarista deportivo contemplaba todos los casos. En la casuística más reciente había sitio para todos. El entendido, el aprovechado, el sobradete, el enchufado y el que no sabía hablar. Pero que nadie se lleve a engaño, que estos atributos normalmente no eran más que eso, habilidades maduradas en los años de competición que por sí solas no valían para subirse al carro de la tele pero que asociadas a una estela distinta podían permitir vivir de los fondos públicos durante años. El entendido, por ejemplo, no podía compartir el microfono con José Angel de la Casa o Gregorio Parra si antes no se había colgado alguna medalla olímpica al llombu. O rezar porque alguien valorara su manejo del idioma y su profundo conocimiento de una competición que durante años tuvo que soportar como un deportista mediocre. Y normalmente las cualidades se intercambiaban y raramente coincidían en la misma persona. Por eso nunca comentó un partido de baloncesto un buen entrenador. Y nunca un plusmarquista nacional deloquefuera supo manejar un diccionario de más de quinientas palabras y utilizarlas todas a la vez y con criterio. Hasta ahora.

Porque tal como van las cosas, a punto de finalizar la temporada que nunca pensé que él llegara a acabar, va haber que hacerle un sitio en la historia a Marcelino Elena y desmentir la mitad de lo anterior. Que no hace falta ser famoso, triunfador ni linguista para hacerlo. Y que lo de las cualidades era mentira. Pero al revés. Que es posible no participar de ninguna (ni siquiera Abascal o Di Stefano) y cobrar un sueldo.

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