sábado, 19 de abril de 2008

ESTE AÑO SÍ: LOS MEJORES PLAYOFFS DE LA HISTORIA.
La distancia entre lo que deseo y lo que temo que realmente ocurra es un desierto interminable en el que hay sitio para todo. Hay un lugar para la esperanza de volver a ver Boston en una final de la NBA y para atender a mis ruegos más desesperados e imposibles. Sueño con ver resistir a San Antonio y con ver pegarse el batacazo a los Lakers. Con eliminatorias a siete partidos, canastas sobre la sirena, prorrogas, errores arbitrales de bulto y reuniones del comite de competición que hagan trabajar un poco a Stu Jackson y provoquen indignación y rabia. Pero es tan grande el desierto que se abre al comenzar los playoffs que no me puedo quitar de encima la conclusión más evidente y que no me gustaría ver cumplir. La final que todos esperan, el titular fácil, la cita de Gasol con la historia y el tópico que conjunte en una frase la reflexión más gilipollas que uno se pueda echar. La verdad es que la cosa no pinta bien para los Spurs. Tengo la extraña costumbre de aliarme con las causas perdidas y simpatizar antes con el caballo perdedor que con el que ya tiene quien lo apadrine. Y como así comencé mi relación con este equipo, así la pienso continuar.

Pronostico que no habrá sorpresas en primera ronda. Retransmisiones de Toronto y Lakers. Muy pocas opciones para Dallas, Houston, Utah. Y en las finales de conferencia apuesto por los que todo el mundo, no soy tonto. En mi caso, ya no es una cuestión de fe.

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