Todo el mundo coincide en lo mismo. Y mira que casi todos los amigos que tengo son aficionados. De los que no viven esperando el momento en el que llega la gran cita. Cada cuatro años. El Mundial. El remedio de resignarse y esperar a que pasen los días para insertar en nuestra cotidianeidad tanto disparate casi siempre funciona. Pero el caso es que todo dios está harto. De los partidos? el campeonato? acaso el sistema de competición en grupos?
-De los analisis simplistas. Frases sobadísimas y réplicas hechas a su mismo nivel. Comentarios ventajistas. De la memez como recurso para competir con la memez y poder así viajar todos a la misma altura. Esa en la que España es favorita, como siempre, y deja de serlo después de perder el primer partido. La que analiza con mentalidad infantil el campeonato y habla de decepciones y de equipos revelación hasta extenuarse, con muy poco criterio, y se la envaina sin complejos cuando lo que toca, al minuto siguiente, es argumentar con lo que sea, precisamente lo contrario.
-De ver como enviado especial a todo quisqui. Ya no es sólo Sergio Sauca. Ya no queda nadie trabajando honradamente en el pirulí de Torrespaña. Y para qué? Para repetir como loritos lo que se comenta superficialmente en el super de la esquina y jodernos bien a todos.
-De los envoltorios de regalo que tratan de presentar el producto y miran para otra parte cuando ya no hay manera (alta definición o 3D) de disimular la magnitud del desastre. El peor mundial de todos los tiempos? Aun no he oido a JJ Santos insinuar lo que, por lo visto en dos semanas de partidos, parece palmario.
-De ver siempre el careto de los mismos. A todas horas y sin medida. De las cansinas ruedas de prensa de Del Bosque. De escuchar a David Villa repetir robóticamente su misma respuesta a preguntas diferentes o de los anuncios de la tele, donde hasta Pique anuncia galletas y el otro bombillas de bajo consumo. Y de Sara Carbonero, por supuesto, la novia del mundial (también me cansan los ranking de parejas donde los españoles ocupan siempre los primeros puestos y Messi aparece posando junto a una jovencita que está buenísima), pegada a la portería de la selección, tirando a manos llenas su poca dignidad.
-De ver como enviado especial a todo quisqui. Ya no es sólo Sergio Sauca. Ya no queda nadie trabajando honradamente en el pirulí de Torrespaña. Y para qué? Para repetir como loritos lo que se comenta superficialmente en el super de la esquina y jodernos bien a todos.
-De los envoltorios de regalo que tratan de presentar el producto y miran para otra parte cuando ya no hay manera (alta definición o 3D) de disimular la magnitud del desastre. El peor mundial de todos los tiempos? Aun no he oido a JJ Santos insinuar lo que, por lo visto en dos semanas de partidos, parece palmario.
-De ver siempre el careto de los mismos. A todas horas y sin medida. De las cansinas ruedas de prensa de Del Bosque. De escuchar a David Villa repetir robóticamente su misma respuesta a preguntas diferentes o de los anuncios de la tele, donde hasta Pique anuncia galletas y el otro bombillas de bajo consumo. Y de Sara Carbonero, por supuesto, la novia del mundial (también me cansan los ranking de parejas donde los españoles ocupan siempre los primeros puestos y Messi aparece posando junto a una jovencita que está buenísima), pegada a la portería de la selección, tirando a manos llenas su poca dignidad.
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