domingo, 25 de octubre de 2009

PIMIENTITOS RELLENOS.
Parece ser que es verdad. Que se llevan las pelis con mensaje y que nadie me había avisado. Al menos esta no se anda con chuflas sobre astronomía. Su director, Alberto Rodriguez, se ha hinchado a repetir entre las frases promocionales que lo que se puede apreciar en After es lo mal que sabe envejecer el treintañero español, que no ve nunca el momento de volver a casa y que busca cualquier excusa con tal de retrasar la toma de decisiones. A mí me corresponde siempre el dificil papel de colocar las frases en su sitio o de completar la etapa promocional desenmascarando las artimañas que solo buscan llevar la gente a pagar su entrada. Porque aquí no hay treintañeros. Están Tristán Ulloa y Willy Toledo, que rondan los 40. Pero que interpretan a personajes que no se representan más que a sí mismos. Buenos curros, sueldos que te cagas, fiestas privadas donde las tías se pasean medio desnudas y despertares a media mañana sin consciencia ni responsabilidad. Del peterpanismo, ni rastro. Hay más de aquéllos adoslescentes que hace quince años se tomaban copas en el Kronen que de los que me pueda tropezar los sábados. El mensaje es inquietante, en cualquier caso. Willy Toledo termina su historia balbuceando al auricular del teléfono después de una noche larga. Suena de fondo Micah P. Hinson. Un lujo. Y Tristán y La Perra no acaban mucho mejor.

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