Ya era hora. Una peli con mensaje. La gente explota de alegría. Amenabar me gustaba más cuando se esforzaba por parecer intrascendente y no trataba en sus películas de explicar con tanto boato dos mil años de historia o de aficionar al público a la astronomía o a las tareas con barro. Hypatia era una mujer con carácter, algo así como Maria Antonia Iglesias, que se hacía cruces cuando tenía que lidiar con cristianos, judios y paganos y nominaba, en semanas alternas, a unos y salvaba a otros, y sacaba tiempo además para turrar a sus esclavos y formular super-teorías. Para esto no hacía falta este tostón ni gastarse cincuenta millones de euros. Los que ya sabíamos eso de que la historia se repite, por eso mismo. Porque no necesitabamos de nadie para recordárnoslo. Y los otros, porque creo yo que pueden pasarse otros dos mil años esperando.
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