martes, 1 de septiembre de 2009

HASTA EL RABO DE LARS VON TRIER.
De sus mensajes visionarios y su cine para entendidos. De sus putas campañas de promoción, siempre las mismas. De los enunciados con los que todos los presentadores de telediario nos avanzan el contenido de su última película. De esa manía de reducir el asunto a media docena de provocaciones y a continuar proponiendo como transgesores clichés que hace años que se venden en el todo a cien de todos los mercadillos, una teta de perfil, un polvete fingido, la duda de si entró o no el rabo que aparece en penumbra en aquella escena tan buena. Estoy hasta el rabo de Von Trier. De escuchar siempre las mismas memeces cada vez que el danés se acerca a las pantallas. Y de comenzar septiembre ojeando la cartelera y no saber con que quedarme. Si con el Anticristo del factotum. O la última (otra que tiene delito) de Isabel Coixet.

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