lunes, 6 de julio de 2009

EL TÍO MIGUEL.
Mientras dormía la siesta escuché a unos chavales hablar del tío Miguel. Vamos a verle, decían emocionados. Perdía un segundo la consciencia y luego soñaba que la recuperaba. Creí ver a Carmen Morales interpretando a una madre casada en segundas nupcias, con una chavalita a cuestas, viviendo en una casa de seiscientos y pico metros cuadrados, buenas calidades y zonas comunes, que hubo un momento que ya no sabía quien era quien realmente lo soñaba. Por esto han aplazado Sálvame, balbuceaba con amargura. Jugaban al voley-playa, hacían fiestas en sus casas y en la playa y disfrutaban de cojones del verano, tomándose copas, que nadie trabajaba ni movía un dedo. El elenco de estrellas anónimas de hoy que apenas sabe vocalizar será el star-system del mañana y llenará hojas de revistas y cotilleos, seguro. Y dentro de diez años obligarán a Carmen Morales a hacer de abuela, con cuarenta y cinco tacos, mientras Toni Cantó seguirá interpretando eternamente al tío Miguel, rodeado jubiloso de toda la camada. Tío abuelo, que rule .

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