Claro que peor que bajar a segunda división es lo de esta gente, un mejicano inmigrante y su novia colombiana, que encuentran el amor de su vida y perseguidos por las circunstancias se ve obligado a renunciar a él. Es lo que tiene buscar trabajo en una obra y quitarte del medio al capataz que te toca los cojones, nada sale gratis, esconderte luego en el desván de la casa donde ella trabaja y buscar el consuelo de su cercanía para soportar la pena de no poder compartir su vida ni la del hijo que espera, mientras escuchas a Julio Jaramillo y duermes debajo de un somier, rodeado de ratas, huyendo de los sustos y las fumigaciones. No había oido hablar de Rabia. Una película que dirige Sebastián Cordero y que ha ganado no sé cuántos premios dándose a conocer en festivales, que es el único sitio en el que parece ser que puedes ver cosas así. Es fruto de la adaptación de la novela homónima, la de un tal Sergio Bizzio. Tiene una historia sólida y unas intepretaciones contenidas. Llevaba tiempo sin emocionarme con algo así.
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