UNA MUERTE DOLOROSA Y LENTA.
Lo sé por experiencia. Peor que la muerte, eso de tirarte en plancha por un tobogán oscuro y largo del que nadie va jamás a recogerte, sumergido eternamente en el olvido, roto en pedazos, con la incertidumbre de si alguna vez será posible regresar o si hay vida después de todo aquéllo, mucho peor que la muerte es bajar de rebote en la última jornada a segunda división.
Lo sé por experiencia. Peor que la muerte, eso de tirarte en plancha por un tobogán oscuro y largo del que nadie va jamás a recogerte, sumergido eternamente en el olvido, roto en pedazos, con la incertidumbre de si alguna vez será posible regresar o si hay vida después de todo aquéllo, mucho peor que la muerte es bajar de rebote en la última jornada a segunda división.
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