lunes, 18 de octubre de 2010

APLASTA ARTECHE.
Hay recuerdos que dan la razón a quienes piensan así. Que cuando el futbol aun era un deporte de hombres y los futbolistas no se disfrazaban de nenazas ni se preocupaban más de las cremas o del acondicionador del pelo que del juego, había algunos que incluso llevaban bigote y entonces se ganaban bien la vida repartiendo. Sería porque no se habían introducido en el futbol conceptos de esos modernos y los defensas no jugaban el balón o le pegaban de espuela. Los defensas, parece mentira, hubo un tiempo en el que jugaban a eso mismo, a defender, a que no se acercara ni dios por el area o que el que tuviera la estúpida osadia de hacerlo no se marchara con ganas de volver. Se marcaba al bulto y se trataba el balón con desprecio. Sin contemplaciones.

De Arteche me viene a la cabeza una lesión en un pómulo, un derby calentito contra el Madrid, uno de ésos, que no sé bien si fue que la provocó o que (de rebote en algún corner) le tocó tenerla. Da lo mismo. Aquello era un circo de gladiadores. Que se rematara un balón colgado al area o se apuntara a destiempo sobre la cabeza de Maceda no encerraba ninguna diferencia. Hubo más como él. Algunos le emularon. Y otros renegaron de aquella forma de vida. Joder: Alexanco, Benito, Migueli, Patxi Salinas, Diego o Martagón. Y ahora hablan de Van Bommel o De Jong. Lo daban todo por el equipo. Aplasta Arteche. La pancarta del Frente Atletico del sábado reza como un epitafio.

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