miércoles, 23 de diciembre de 2009

UNA HISTORIA PARA LOS DIAS QUE VIENEN.
Me dice mi padre que ha conseguido movernos diez o doce asientos hacia la izquierda en la grada oeste y que me dé por contento. Hoy se había acercado a Gijón a cumplir con la liturgia habitual de solicitar el cambio de localidad. Que no es fácil, me dice. Yo ya lo sé. Me cuenta la historia de un abuelo a quien treinta años más tarde han conseguido juntar con sus dos nietos (o eso dicen en las oficinas, yo no me lo creo demasiado) y me emociono y pienso en una tragedia griega de tíos con barba, arrastrando sus cadenas por los bajos del campo, fundiéndose en un abrazo, ajenos a lo que pasa en el terreno de juego. Esto es el futbol, macho. Diez asientos a la izquierda. Pues vale.

No hay comentarios: