SI YO FUERA PRESIDENTE.

Si la estrategia fuera ésta tendríamos un país lleno de listos y de premios nobel. Y nada de nada. Uno se tiene que recorrer España con la mochila de Labordeta a cuestas para tropezarse con alguien que en el culo del mundo no la tire fuera de la taza y sepa comportarse con dignidad. También sería sospechoso vivir en un pais rodeado de genios o de gente que disimula la estupidez a sabiendas de lo imbecil que es, que casi es más difícil que lo primero y además, bastante más doloroso, no me imagino el proposito de enmienda por hacerlo mejor instalado en los campos de futbol y en los bares. Pero a veces funciona. Hacerse el listo da resultado como mecanismo para disimular la torpeza. Hay casos entre ministros, entrenadores de futbol y modelos. El error consisitirá en administrarse uno mismo el medicamento y creerse desde el momento en el que se salta la dispensa médica más listo que nadie. Que es curiosamente su problema. El caso es que la fórmula tiene sus contraindicaciones: no pensado para rubias de bote, pacientes de cirugía estética, novias de famosos, cantantes o deportistas. Más lista que modelos, ministros y médicos. Ella podría ser perfectamente, si la dejaran expresar su autoridad y no hiciera el vano esfuerzo de evitarlo, como ellos.