QUEREMOS SABER.
Si la importancia de las decisiones la miden la cuantía del sueldo y el grado de irresponsabilidad, entonces a José Luis Saez lo menos que se le puede pedir es una explicación motivada y sincera que fundamente su trabajo y desmienta por el bien de la federación lo que parece. Mientras no se pague él mismo sus corbatas, sus cohibas y sus putas, sus decisiones no son sólo suyas. Así funcionan los organismos públicos y sobre esos mismos principios se ha tratado de construir una sociedad responsable en la que participamos todos y unos pocos deciden. No podemos fumarnos sus puros ni compartir con Pepe sus burdeles. Pero tenemos derecho a enterarnos de las razones de esta monumental payasada y a saber cuál es el precio y a pedir responsabilidad por las consecuencias. O los caprichos le salen gratis y va a resultar que ser presidente de la FEB es eso mismo, un chollo.
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