Hace decadas tenías que ser de Anquetil o de Poulidor. No había otra. Si te gustaba el ciclismo, claro. Nadie te apuntaba con una pistola bajo la premisa de elegir o te sometía a un referendum continuado como éste. Aquéllo era otra cosa. La figura del antagonista es tan vieja que la historia de la humanidad podría reescribirse a través del testimonio de todos esos protagonistas que tuvieron la suerte de colocarse alguna vez en el lugar donde se disputaban la gracia de la peña. Anquetil o Poulidor. Lemond o Fignon. Pero también estaban Oasis y Blur. Y yo tenía un amigo que era de Alain Prost cuando todos eramos de Ayrton Senna.
Ahora que no hay sitio entre el Real Madrid y el Barca y los medios hablan de bipartidismo con tal de simplificar las cosas y no perderse en zarandajas, parece que se acaba el mundo y no tienes opinión si no te pronuncias sobre el debate que Antena 3 y Tele5 han lanzado ambiciosamente a los telespectadores. No me digas que hay que elegir entre Belen Esteban o Campanario.
Ahora que no hay sitio entre el Real Madrid y el Barca y los medios hablan de bipartidismo con tal de simplificar las cosas y no perderse en zarandajas, parece que se acaba el mundo y no tienes opinión si no te pronuncias sobre el debate que Antena 3 y Tele5 han lanzado ambiciosamente a los telespectadores. No me digas que hay que elegir entre Belen Esteban o Campanario.
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