jueves, 29 de noviembre de 2007

ACORRALADO, PRIMERA PARTE.
A las medidas urgentes del gobierno se les responde con otras desesperadas que no dejan lugar para la meditación y el cálculo, ya lo siento, no entienden del meollo social de todo esto y sólo reaccionan ante un gesto hostil, una caricia o una declaración de guerra de la misma manera que pueden, sacando la infantería y dándole un toque a Johny Rambo para que recupere su parcela de protagonismo y se convierta en el portavoz del asunto, un interlocutor válido, como se dice ahora, que no siente los fregaos de tanto patearse campos de prisioneros y haber sobrevivido a mil guerras como ésta y más crueles.

Se acabaron las cuantías para las cancelaciones. Pero la venganza será tremenda, tan grande que maldita será la hora en la que se le ocurrió a Solbes el invento. Se acabaron también las limosnas, perdonar liquidaciones de gananciales, afianzamientos o bases arancelarias por el simple hecho de evitar una sensación que el ministro me acaba ahora amigablemente de ahorrar, sentirme mal, el abusón repetidor de la clase harto de robarles los bocadillos a los niños más pequeños y de hacer el vago. Llega Aranceleitor.

martes, 20 de noviembre de 2007

LA RECOPILACIÓN DEFINITIVA.
Las despedidas son siempre el preludio de una cadena de acontecimientos que en una dimensión temporal se las apañan fatal para conjugar el presente simple o el futuro perfecto y no tienen complejos en justificarse detrás de la primera sombra de gloria con la que se tropiezan, ya sabes, el círculo que se cierra o las canciones inéditas que sólo encuentran sentido en el recopilatorio de treinta y cinco temas conocidos y tarareados hasta el espasmo, todo vale, cualquier óbito merece rastrear los últimos beneficios que luego se van a dejar de producir. Es lo que pasa con todos. Y así se escribió la vaina desde los romanos, de los Beattles a Juanito Valderrama, de Mecano a Pavarotti. Por eso acojo la noticia de la disolución de La Oreja de Van Gogh con la lógica cautela que escapa del triunfalismo y la euforia y sólo tiene orejas para lo que nos espera de aquí a veinte años, todo junto, como el reportaje que contempla la boda unida al embarazo y este a la separación, que ya se encargaran los ejecutivos de BMG de administrar desaforadamente la última dosis, la gira de despedida y la del reencuentro, los respectivos proyectos separados o el recopilatorio de las navidades. Que aun hay tiempo.

domingo, 18 de noviembre de 2007

POR CUATRO HOJAS DE LECHUGA.
No recuerdo bien cuándo fue la primera vez que pisé GINO´S. La llegada de los centros comerciales a aquella civilización fue recibida entonces como la del hielo a Macondo, era algo inaudito manejarse entre tanta oferta que luego te das cuenta que el propio tiempo te lleva a depurar. Me acuerdo mejor de otras cosas, la primera carta, de aquellas tardes de los sábados o del tamaño exacto de sus raciones. Luego conocí otros mundos del mismo sistema solar. Madrid, Zaragoza, Valladolid, Vitoria o Barcelona. Y ahora algo falla. La ensalada cesar se ha reducido a la mitad. Pero los precio siguen subiendo. Y me jode que los contables de esto sean quienes adivinen mis apetencias, calculen mis ganas de comer y se permitan anticiparse al resto de mis decisiónes. Porque no se les debería de olvidar que al final de todo el proceso soy yo quien tiene la última palabra y la sabia posibilidad de mandarlos a tomar por el culo cuando me canse de soportar lo evidente, que no me chuleen más, y de asistir al nuevo plan de ahorro que cambia los palitos por aceitunas y pretende escatimarme cuatro hojas de lechuga como si les fuera la vida en ello. Que a lo mejor. Ratas.

viernes, 16 de noviembre de 2007

SERPIENTES EN EL AVIÓN.
Se dicen muchas gilipolleces. Tantas que algunas le hacen a uno coger ganas de espolear al imbecil hasta la extenuación, a que no decaiga en su empeño de perfeccionar el arte de su estupidez, la última rallita, el nuevo chiste, hasta conseguir que todos le rían sus gracias o termine estrellando el avión contra un colegio de preescolar, un campo de futbol o el edificio de Apple en la quinta avenida. La última que he leido es que hay que estar drogado para apodarse de esa forma, ignorando que Melendi es un apellido de los montes de Areñes y que sus ancestros no creo que participen de sus juergas ni tienen que ver con lo que haga el chaval.

Es la misma canción de siempre. No hay forma de que le dejen a uno tranquilo sin tomar partido por el tonto del pueblo, arrimarse al grupo de macarras y cogerle cariño a la última víctima del que aun es más tonto que él. Que les den a todos. A Melendi, una buena zurra. Pero a los otros, que no se piensen que se pueden ir de rositas, la canción que le compuso a Fernando Alonso.

sábado, 10 de noviembre de 2007

TENEDORES POR CAMIONES.
Algunas veces las guías deberían de valorar más el lado práctico del asunto y unir a ese ánimo sistemático que les pierde un punto de vista un poco más util y llamar a las cosas por su nombre. Comenzar a rebautizar los restaurantes y hablar de esos sitios de paso perdidos en medio de alguna nacional que pasa camino de un punto intermedio de ninguna parte como se merecen. O simplemente, buscar un lugar para ellos y prever imprevistos, viajes que comienzan por autopistas y se concluyen sin prisa en el sitio más inesperado adónde no llegan ni los freelanders ni la última pincelada del gourmet que sale de casa en zapatillas. Se me ocurre una forma. Hace unas semanas he conocido uno de esos, en plena Arratia, en la circunvalación de Villaro. Son sitios que merecen la pena. Despachan cien comidas a la hora, tiene un aparcamiento de cuatrocientos metros cuadrados y vete con prisa, que te buscan mesa y te cobran diez euros en menos de cuarenta minutos. Comienza, por ejemplo, cambiando los tenedores por camiones.

jueves, 8 de noviembre de 2007


REGRESO A BARRIO SESAMO.

Una de Barrio Sésamo, vamos a ponernos pedagógicos, y a explicar con un sencillo ejemplo la diferencia entre las distintas formas que tiene de comportarse el ser humano y cuál es su lugar exacto en el mundo, a dónde ha llegado la evolución y a qué parte concreta se disparan las posibilidades que hoy tiene de actuar, de realizarse como hombre por medio de sus actos o cuantas de hacer el imbécil le pueden llevar a ser portada de actualidad. Porque tantos siglos de conquistas y el resultado final es lo que permite a un zoquete lo suficientemente informado por una educación costeada por todos de lo que es una amanita faloide se la pueda comer sin problemas, como primer plato de un menú que incluya la curiosidad y la decepción posterior por comprobar finalmente que era verdad todo lo malo que decían de ella.

Luego está lo otro, lo de Tommy Haas, a quien parece ser que las setas o algo parecido se lo suministraron por el mismo cauce reglamentario por el que la libertad de unos choca siempre con la de los que ya se encargan de decidir el menú y los planes quinquenales, de evitarnos molestias. Son formas de decidir.

martes, 6 de noviembre de 2007

LA VIDA Y NADA MÁS.
Cuando me quiero poner triste lo tengo fácil, siempre acudo a los discos de Mus. En la campaña de promoción aseguran que el último no lo es tanto. Pero yo no veo el giro al cachondeo por ninguna parte ni adivino intención de convertir aquello que antes era un funeral en una fiesta, así que insisto con ellos. Y lo uno me lleva a lo otro. Y el deseo antecede al temor que me produce escuchar algunas de aquellas canciones, integrarlas en su contexto o imaginar cómo fueron gestadas, el proposito o el impulso creador, Fran Gayo o Lluz Divina, los mineros de Spielter o la Memoria inexacta del carnaval que recordó Xuan Bello. En las ensoñaciones siempre hay un lugar para invocar la nostalgia y un sitio entre las tinieblas para tropezarse con las caras de la gente mayor, los abuelos, todos los que hace tiempo dejaron de estar con nosotros y a los que uno pone cara junto a tal o cual historia que un día nos empezaron entre vacilaciones machaconamente a contar.
Y eso le está pasando ahora a mi novia. Que mira para otra parte y rechaza mis consejos sin saber que el dolor aun no le ha permitido fabricar un hueco al olvido y que todavía es pronto, pero no desesperes, llegará el día en el que para recordar lo desgraciada que fuiste y refrescar aquellas lágrimas acudas a los primeros discos de Mus y maldigas el día en el que sin enterarte ellos ya se habían separado.