viernes, 9 de julio de 2010

ESTA ESPAÑA NUESTRA (I).
La euforia desatada acaba siempre con reflexiones super-profundas y análisis de esos que cambian el mundo. Es la culminacion habitual de un proceso. Porque no es solo futbol, claro. Por supuesto que hay algo más que deporte en todo este tema. Así lo han visto los unos y los otros. Los que deseaban la victoria como forma desesperada de proteger la especie. O los que temían que este momento pudiera llegar y se agarran al último clavo que quedaba ardiendo para zambullirse de cabeza en la misma mierda. Y aquí hay gente que se piensa que cambia el mundo cada día. Cada mañana. Cuando habla y suelta la primera ocurrencia y se piensa que su jeta pasa desapercibida.

Hay que definir España para poder hablar de futbol. O tener muy claro de lo que se habla para disfrutar de los éxitos y no sentir verguenza. Hace falta consultarle a Gustavo Bueno en los descansos o leer lo que dice el primer iluminado para seguir a pies juntillas su discurso y no meter la pata. Se puede ser español y no disfrutar de los triunfos de la selección (desde cuándo se empezó a hablar de la roja y nadie me avisó?) pero lo que no se puede es lo contario. O al revés. Estar orgulloso de compartir la misma bandera que Pujol o Casillas no implica hacerlo de lo que la bandera representa. Porque todos sabemos (o deberíamos saber) que como dice Pilar Rahola hay tantas selecciones como individuos y su equipo no puede ser el de Miguel Angel Rodriguez, por poner un ejemplo, como el mío tampoco, proclama su discurso, podría ser el suyo.

Y en estas estamos. Jodiendo la marrana pero bien. Teorizando absurdamente sobre el tema. Intercalando los disursos de Shakira y Pepe Blanco entre las imágenes del pulpo. Rezando porque no nos destrozen el puto momento que ha llevado tantos años conseguir.

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