sábado, 25 de septiembre de 2010

HAN VUELTO.
Hace más de una semana que vi en directo el espectáculo de Faemino y Cansado y aun recuerdo algunos de los chistes que cayeron en aquella hora y media como si fueran nuevos. No sé puede hablar más en menos tiempo, salíamos diciendo del teatro. Hasta hace media hora no me había vuelto a la cabeza lo del crucero. Ayer recordé la historia de los hijos-murcielago. Y cuando estoy comprando el pan o en el baloncesto y pienso en lo de potar fuera de contexto les doy la razón. Como un goteo incesante de ocurrencias que cuesta digerir en un espacio tan corto. Por eso sus actuaciones deben de ser cada vez más dispersas. No hay tiempo para disfrutarlo todo.

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