No me digas que no hay un día de ésos que no recuerdes de manera diferente del resto. Tal vez varios. Un grandes éxitos con banda sonora donde uno mismo es el protagonista. Te haces mayor y sigues pensando en aquel día en el que la cagaste. El otro que no te abandona y con el que te despiertas respirando agitadamente por la noche. El que no puedes olvidar. Se puede estar soñando eternamente con ese momento que esperas ansiosamente que ocurra y que cuando llega te pilla siempre a medio camino de ninguna parte, saliendo de casa o tomándote una copa, porque te habías olvidado ya de lo mucho que significaba y de que pudiera ser verdad.
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