lunes, 3 de diciembre de 2007

MI REY.
Se me olvidó decirle lo mucho que le quería. La verdad es que vivió como un rey. Y cuando murió tenía once años y medio. Estoy jodido.

domingo, 2 de diciembre de 2007

MIRA QUIEN HABLA.
No había tenido la desgracia o la casualidad de que me pasara nunca. El caso es que en Morir Todavía comparten reparto Robin Williams y Kenneth Branagh y para evitar confusiones al segundo le han mantenido la voz del mismo actor de doblaje y al segundo le ha tocado en la lotería de las decisiones brillantes que sea Robert de Niro el que hable por él. No sólo el doblaje es malo en sí mismo. A veces produce monstruos como éstos, a medio camino entre la sorpresa y el fastidio ridículo que uno no sabe con certeza como interpretar. Si como un guiño cinéfilo del inglés (otro más) a el genio del suspense. O un truco más de guión que tiene que ver con las muchas capas que se esconden en su argumento y se resiste a mostrar el asesino debajo del último giro o la careta que lucen cualquiera de sus protagonistas. Branagh copia al de De Palma que imita a Hitchcock. Y debajo de la presencia de aquél, uno espera ver aparecer a Tom Cruise en una moto, pegando tiros, quitándose la careta.

sábado, 1 de diciembre de 2007

¿DONDE ESTÁS, MERCEDES?
La tarea de buscar piso es dura de cojones. Ayer acompañé a Pablo todo el día. El sentimiento de frustracion pronto supera el de la angustia que te produce comprobar que los precios de la primera inmobiliaria no son más altos que los de la segunda y que ésta hace buena los que vienen después, que pensabas inocentemente que ya no se podían superar, cuando comienzas a levantar las alfombras de los estudios de treinta metros y la necesidad te empuja a rebuscar debajo de los anuncios clasificados más cutres. La situación está jodida. En la desgracia el mercado genera un tejido bacterioso que se alimenta de la desesperación y siempre encuentra razones para ser optimista incluso ante los motivos más tristes. De uno de esos microorganismos unicelulares salía un morito, iba descojonándose de risa, advirtiéndonos a voces de lo que comprobaríamos después. Una lección de modernidad. Ahora hay agencias que esperan a ver 250 euros sobre la mesa para ponerte en contacto con los propietarios de los pisos, que es una manera de no mover un dedo si no hay indicios de responsabilidad y de racionalizar el cachondeo. Porque claro, nada de sacar el contrato de allí para echarle un vistazo en casa, con calma y con las gafas de ver de cerca. Y las cuentas, como siempre, a Juan Ramón Lucas y al Maestro Armero. Devuelveme mi señal, pedazo de hijoputa. Dónde está Mercedes Milá cuando la necesitas?