MI BICI.
Ya tengo bici, cojones, una Cervelo R3. La misma que llevaba Hushvod en la Paris-Roubaix del año pasado, sí es que soy un fichaje. Ahora tengo miedo de ponerme a dar pedales y no moverme del sitio, esa es otra, me peleo repetidamente con ese sueño, el de subirme al sillín y que la secuencia de acontecimientos no avance y quede congelada conmigo encima de los pedales con las piernas (esas piernas de veterano que fueron campeones del mundo) medio flexionadas, como atenazadas por el frío. Alguien debería de haberme explicado antes todo lo que ha cambiado este mundo en este tiempo. Este mundo de mierda, quiero decir. Que ahora las ferias de bicicletas ocupan el lugar de las del ganado y que hay materiales eléctricos, productos de temporada que luego se pasan de moda y son peores que la muerte y gente que presume de ello sin avergonzarse de invertir en componentes de carbono como si le fuera la vida. Se supone que ahora todo debería de ser más fácil y que mi objetivo deberían de ser las Ardenas, menos no merecería la pena.