miércoles, 30 de mayo de 2012

BASCOOK. INTERNACIONALES.

La modernidad se diluye en el tiempo. Nada permanece porque sí. Hay modas que nacen con vocación de esfumarse en un año y tendencias que recorren una decada adoptando la cara que más les conviene en cada momento. Se camuflan entre muebles de cocina. Creo que una vez trabajó para el Sua. Ahora leo en su biografía que también estuvo detrás del grupo Gaminiz y que ahora tiene un proyecto que desde hace dos años se aloja en la calle Barroeta Aldamar, perpendicular a Ibañez de Bilbao, un local en planta sótano donde te sirven el periódico cuando te sientas y el menu que te ofrecen no se diferencia demasiado de aquél que conocí al llegar a Bilbao y que si cierro los ojos aun puedo reconocer. Se llama Bascook. El tipo es Aitor Elicegui. Que si rey del bacalao, que si pollas. Esperemos que dure.

miércoles, 16 de mayo de 2012

MIRA A MARIO.
El tiempo que tardas en darte una vuelta y regresar y te encuentras con una nueva interfaz y el mundo hecho una mierda. Nada es como recuerdas antes. El país, la clasificación de primera. Los discos ya no son tan buenos ni los programas de la tele cuentan nada interesante. La distancia entre pestañear y mirar a otro lado y echar mano del mando a distancia de la tele se mide en grados de sorpresa y extrañeza. Hay veces en las que me apetece colgarlo. Otras produce ternura comprobar que el mercado aun tiene sitio para gente como Mario Vaquerizo y permite que escriba un libro, haya editores que le rían las gracias y aun sobre tiempo para perderlo viendo sus aventuras. Como si esperaramos que a lo mejor tuviera que pasar algo interesante, una vuelta de campana en esa autocaravana que los lleva a todos camino de Las Vegas, un suicidio colectivo o un disco de despedida. La definitiva. Y que no haya terceras partes.